
Somos una flecha suspendida en el aire.
A veces atraviesa, otras desgarra.
Puntos perdidos en la inmensidad de la nada.
Detenidos a la espera de su llegada
El susurro de la velocidad despabilando la estática
Sin tiempo, sin lugar
Hacia un destino preciso
Solo un lugar, solo una persona destinada a ser atravesada
Pasando inadvertida
O atravesando el tejido con minuciosidad
Nada vuelve a ser lo mismo
El blanco se inunda de su sin tiempo y se convierte en una cicatriz perdurable
Flechas descomprometidas
Inocentes
Contundentes
Manipuladoras
Compañeras
Egoístas
Pero siempre con el mismo destino
velocidad, quiebre, atemporalidad.