jueves, 24 de enero de 2008

Comenzando a flotar


Explotar con el cuerpo y el alma. Descubrir un mundo desconocido que se esconde debajo de mi cuerpo y del conocimiento que creo tener de Mí.
Explotar sin que el pensamiento se interponga para canalizar mis emociones. Convertirme por unos momentos en un conglomerado de emociones que pide a gritos desbordarse, expresarse y derraman desde mi cuerpo lágrimas que caen como gotas de rocío una vez que éste se a elevado.
Sentir el peso de otro ser encima mió, sentir como su alma choca contra la mía y de ese encuentro florecen sentimientos que llenan el ambiente de plenitud. Simplemente ser, ser siendo, ser sin pensarnos, pensarnos a partir de lo que somos y observarnos transitar por el mundo desde arriba mirando como nos vamos conformando día a día, como nos conocemos, como nos relacionamos, como te encuentro, como me fascino, como me veo en tu mirada y me encuentro en mí desde un rincón desconocido, inexplorado. Luego de eso vivir de un nuevo sentimiento de esperanza de saber todo lo que queda por conocer de mi interior.
Sentirte sin pensar, sin dejar que mi querido y preciado amigo “el intelecto” se apodere de los que siento para encajarlo en una “manera”, dejarme fluir sin preguntar tanto o sin preguntar de lo que respecta a la emoción.
Sin ataduras me dejo elevar, me permito flotar y de esa predisposición puedo ver una nueva realidad. Amorfocidades que me penetran por doquier y que se apoderan de mí para darle vida a un flujo inconstante que de vez en vez piden permiso para apoderarse del mundo que soy y que encuentro ser.
Felicidad de sentirme fluyendo. Ya saqué las piedras que impedían el paso constante de agua y ahora simplemente me escucho desde todos los sentidos. Estoy atenta a lo que me dice aquello que no tiene nombre ni cuerpo. Dándote lugar para que me lleves como el viento se lleva a las hojas secan que caen del árbol del naranjo en una tarde fría de otoño. Vivir de la infinitud de pequeñeces que la vida me ofrece para apropiármelas y regalárselas a los demás.

Natural es respirar. Nada más


Sobre los cimientos del pasado construiremos las murallas del futuro. Serán lo suficientemente altas para evitar que los hijos de puta que hoy se empeñan en destruir las pequeñas casitas de cartón que a costa de mucho trabajo, sueños e ideas construimos a diario en busca de encontrar un lugar en donde anclar nuestros sueños y esperanzas se caigan al intentar treparlas. Esperanzas de creer a rajatabla que la vida en la que vivimos no es "natural", es producto y consecuencia de nosotros mismos y de lo que no supimos hacer con ella.
Ahora atravesando el desierto pampeano-patagónico árido y desolado mis ojos ven los que podrían haber visto. Pobladores llenos de historia, costumbres, con diferentes dioses y constructores de una identidad más nuestra. Un mapa multicolor de vidas que hubiesen hecho que no seamos lo que nos tocó ser!
El responsable de esta ausencia no es simplemente un proceso social propio y "natural" del paso del tiempo. Todo lo contrario, sabemos que aquellos a quienes hoy visitamos en nuestra “esperanzadora” Europa son quienes nos ultrajaron la identidad y hasta el afán de conocimiento, desplazándonos hacia sus tierras como si allá estuvieran nuestros orígenes.
Simplemente allí vivieron ciudadanos que alguna vez como nuestros aborígenes sufrieron la desolación, el despojo y la miseria, miseria provocada por personas que siempre se chuparon la energía de quienes sí saben soñar y tienen fe y convicción de vivir en un mundo mejor.
Murallas gigantes serán las que construiremos y aquellos que ahora nos derrumban sufrieran la discriminación que hoy imparten y quedaran afuera de “nuestro” sistema, que a diferencia de éste que se reproduce y multiplica a costa de nuestras vidas. Somos combustible de una máquina que fabrica segundo a segundo modelos de vida y parámetros “naturales” con los que tenemos que luchar a diario para poder contarle al mundo lo que nos pasa y que a pesar de que a “ellos” nos les entré en sus esquemas cerebrales existe y es una manera diferente de vivir.
Ahí están los verdaderos enemigos, no ya en políticos ni gobernantes, sino en la persona que vemos a diario sentada a nuestro lado quizás compartiendo un asiento de colectivo. Mucha gente que deambula como zombi aceptando lo que vive como “normal”. NO SEÑORES, las cosas se viven como uno quiere y el que se resigna a pensar que no es así esta condenado a morir en la peor de las miserias humanas.
La luz esta al final y el camino no esta marcado y es tarea nuestra construirlo, sobre las huellas de los que alguna vez señalaron un sendero (generación del 70 y 80 exterminada por la dictadura militar) (genocidio de nuestros aborígenes que a diferencia de todo lo que tomamos como natural, ellos sí eran naturales en nuestro territorio y que los gobiernos del oro aniquilaron con gran entusiasmo en nombre de la “gran conquista” imponiendo dioses diferentes a los que nos hubiese tocado en realidad, aunque en realidad de no haber sucedido eso no existiría ni yo ni ninguno de nosotros. Pensar que somos consecuencia de grandes muertes y descendientes de despiadados conquistadores blancos, no sé si tiene otro sentido más que hundirnos en una gran desolación y angustia)
Luchar contra la alienación que buscan imponer todos los días los dueños del sistema atrapando en su red a una juventud que camina como los caballos sin mirar hacia los costados, ni hacia atrás, solo avanzando pisando lo que haya a su paso. Buscan avanzar a no saben donde solo seguidos por las órdenes de quien los monta.
TODOS somos responsables. Hay que comenzar a construir.
Paso 1: Dudar de todo lo que nos rodea, nada es natural, todo es causa o consecuencia de algo.
Paso 2: El camino empieza a demarcarse solo.
Paso 3: Intercambiar ideas con otros física e intelectualmente.
Paso del 4 en adelante: Morir en el intento de saber quienes somos y a donde vamos.