miércoles, 16 de diciembre de 2009


Mujer despliega tus alas y échate a volar. Déjate ser como nunca te han dejado.
Déjate seducir por las mariposas del tiempo.
Has callar a tus voces mandatarias.
Dale rienda suela a tu instinto, a tu loba enfurecida.
Arrasa con todo lo que hasta hoy te encadenaba.
Pero rompe las cadenas con tu propia sabiduría y no con reselos de hombre vengativo.
Enseñale a la humanidad que tú eres hermana de la luna.
Déjate invadir por tus presagios.

Dueña del tiempo, de la vida.
Déjate infundir del sentido más profundo que se oculta en tus entrañas.
Porque todo está allí enmudecido, acurrucado en un rincón, esperando que le permitas caminar desnuda por tu tierra.

miércoles, 28 de octubre de 2009

PLANOS PARALELOS


Despertó corriendo. Tomó conciencia de su estado a partir del repiquetear de su corazón y del retumbe de sus pasos acelerados que se sucedían con la intensidad de escapar de algo.
Nunca supo de qué escapaba exactamente pero, sin embargo, nunca dudó de que su actitud fuera esa, huir.
Corrió a gran velocidad por ese camino boscoso. Su mirada oscilaba entre las huellas de barro, a las cuales atendía para evitar tropezar, las copas de árboles que cubrían su cielo y el pasado que dejaba atrás con cada paso.
Desconcertada por completo, pero sin dejarse invadir por su raciocinio, se detuvo en el final de ese camino al encontrarse con un abismo. Miró a su alrededor buscando una salida. La única alternativa factible que encontró fue el río turbio que estaba a su derecha.
Viscoso, remolinezco, oscuro, denso. Parecía poseer más barro que agua.
Ante semejante encrucijada optó por la única seguridad que sentía que era seguir hacia delante.
Tomó envión y se zambulló de lleno en ese mar marrón. Ni bien lo hizo sintió el golpe de su cuerpo contra el colchón de agua espeso que poco a poco comenzó a abrazarla.
Una nueva sensación. Única. Ajena pero placentera.
Abandonó el asco y la desconfianza y avanzó. Se dejó arrastrar por la corriente a medida que el agua se volvía más cristalina. Su andar era cada vez más liviano. Su transitar por esas aguas era cada vez más ligero, más fluido.
De repente, a donde mirara se encontraba con el color celeste. El cielo, el agua, el fondo, todo era cálido y ligero.
Dejó de estar sola.
Miró hacia sus costados y encontró caras conocidas. Seres queridos. Todos, menos su madre.

No hubo tiempo para reflexiones, fueron puras sensaciones apiladas unas sobre otras. Todo duraba el instante en el que ocurría. Ella nunca ejerció resistencia.

De repente el andar por el agua comenzó a ser tan ligero que se volvió violento. Pudo divisar un final. Nuevamente se encontró con un punto. Un quiebre concreto en lo que le venía sucediendo. Ya no nadaría más, Ya no se sentiría rodeada de agua. Todo apuntaba a la catástrofe. A pesar de ello, trato de regularizar el latido de su corazón controlando sus respiraciones y al llegar al borde del abismo respiró profundo y cerró sus ojos.
Todos desaparecieron. Ella volvió a dejarse invadir por la sorpresa. Volvió a entregarse a la vida. Dejó que el aire la arrebatara del agua.

Pufff...…. Segundos de estática. Dejó de sentir el sonido del agua. Sólo pudo percibir las consecuencias del viento que comenzaban a invadirla. El vértigo que hacía instantes se había apoderado de ella se convirtió en un fresco abrazo de aire.
Estaba cayendo y nunca se resistió.
Al mirar abajo pudo ver las copas de los árboles.
Por un instante, supo que estaba a punto de caer y penetrar en la selva.
No entró en pánico, sólo cerró sus ojos y se entregó a sentir aquello que con certeza sucedería.
Con un golpe suave llegó el impacto. Un impacto cálido y acogedor.
Una flor gigante la recibió, la envolvió en su capullo.
Recién allí sintió que podía descansar. Sintió que había regresado al útero materno.
Todo se detuvo y de sus ojos sólo brotaron lágrimas de cansancio y placer.
Puede ser que amaneciera en otro espacio, pero prefirió quedarse allí. Despojada de razón. Hasta quién sabe cuando.

viernes, 9 de octubre de 2009

El sencillo acto de cambiar




El panadero llega volando, no se sabe de donde pero cae desde el aire. Se deposita en la mano de uno y en ese instante aquello que parecía tan contundente pasa a ser algo casi imaginario porque no pesa nada.
La primera reacción es contemplarlo y mover la mano de manera cuidadosa para impedir que su aureolo se esfume con un brusco movimiento.
Sin embargo, transcurridos unos segundos de contemplación, dejamos de resistirnos al impulso abrumador de soplarlo con la intensidad suficiente como para que se diluya en todo el espacio.

Siempre creí que de ese modo cada una de sus partículas alcanzaría así la liberación y podrían elegir su destino.
Recuerdo el sonido de mi voz en ese instante diciendo "Sé libre, ya podés ir a donde quieras".

Saltar etimológicamente implica salvar de un salto un espacio o distancia. Alzarse con impulso rápido, separándose de donde se está. Arrojarse desde una altura. Abalanzarse sobre alguien o algo etc.
En todas estas definiciones hay un punto en común, un punto de trasgresión. Dejar de ser lo que se era para dar lugar a lo nuevo. Trasladarnos. Dejarnos arrebatar por el envión del tiempo que nos golpea a diario y contra el cual solemos luchar aferrando nuestros pies al suelo, a lo estático, a lo seguro.
Este pequeño acto inocente que podría leerse a primera impresión como una acción de evitar desestabilizarnos, esconde en su ser el arrebatarnos violentamente la posibilidad de acompañar al viento.
De dejarnos imbuir en su ruir al silencio. El dejarnos penetrar el espacio y descubrir nuevos olores, nuevos horizontes, nuevos climas.

¿Por qué se empecina el hombre en agarrarse a lo seguro? Cuanto miedo al cambio que tenemos. cuanta vida que nos perdemos. Cuantas posibilidades de ser arrojadas al vacío.

Un individuo quieto en un punto con miles de "ser" alborotándole el espacio, y él, petrificado, sólo se limita a rotar lentamente su cabeza para ver como juguetean estos con la estática.
Desciende su mirada para verlos caer al suelo y en esa comuníón convertirse en nada.
Esa nada que después, con tanto ímpetu, no dudará en llamar nostalgia.

Y así transitan. Atraviesan el espacio. Recorren y construyen toda una vida siendo lo que nunca desearon ser. Y nunca, pero nunca se dan la posibilidad de percibir esos pequeños bichitos que le hacen cosquillas en el oído diciéndole "acá estoy, dejame ser".

Y seguramente mueran y queden en el recuerdo de algún nieto como un cabrón, un ser que nunca caminó sus propios pasos.

Uno puede saltar de manera brusca y lastimarse, pero también puede aprender a amortiguar el impacto, a acompañar el brusco sacudón y dejarse fluir por ese impulso que nos sacude la nuca cada vez que alguien nos sopla bien cerquita.

Es tan fácil, lástima que vivimos desconfiando de todo. Siempre, ante cualquier incertidumbre, no dudamos en dar paso a la agresión, a la desconfianza y allí estamos, enojados con la vida.
Cuanto más fácil y profundo es dejarse invadir por ese vientito que nos sorprende y que nos erecta la piel y nos recorre toda la columna hasta producirnos un escalofrío. Es una experiencia extrema que siempre termina sucedida de una sonrisa.


viernes, 11 de septiembre de 2009

Trinchera encriptada

¿En dónde estarás? ¿Cuál será la guarida que te aparta de cualquier agresor, de cualquiera de los soldados entrenados para la defensa?
¿Cuál es el pergamino que traes bajo el brazo?
¿Quién te envía?
¿No te bastó con las tierras que te llevaste en aquél entonces?
¿No te bastó saber que por ello tuvo que aprender a cultivar en otros sitios a pesar de las tempestades del tiempo?
¿Y todo lo que construyó en este tiempo? ¿No te alcanzó para dejarla en paz?
¿Por qué te presentas con un manto de sombra, de enigma?
¿Serás como el Minotauro original o serás como El Asterión de Borges?
¿Por qué te empecinás en succionarle el alma?
¿Es que estás enojado porque te da la espalda?
Pero no podía dialogar sólo con vos, sino se olvidaba del mundo.
¿Por qué eres pensado como hombre? Será por el fruto de la construcción colectiva de género que agravia nuestro tiempo.
!Calla, calla niña! Recupera la calma. Debes ser sensata. Olvídate de la furia y dialógale. Sólo así sabrás que es lo que quiere.


Depender.
Encarrilar, encasillar, encausar, enfocar… Parecen ser las palabras predilectas del suceso.
¿karma? Introspección. Retrospección.

Un auditorio lleno de gente conocida. Un palco con una cuerda reluciente a la espera. A la espera del cuerpo que le diera peso para cerrarse y asfixiar.
Desconocimiento de todos hacia el centro.
Y en el instante esperado, ansiado la catástrofe. Negación y escape de lo impuesto..

No reniega de los sueños, en ellos radica lo más puro del alma humana perturbada por la anestesia del presente moderno. Lo más esencial del conocimiento humano. Los mensajes divinos.

Desde aquel entonces lo único que deseó fue que el día acabara para poder desprenderse del cuerpo, de la razón.
Allí comenzaba a flotar…..
Al día siguiente, la primeridad la sacaba del ensueño y allí estaba. Con los ojos recién apabullados de luz y el cuerpo tembloroso. La respiración agitada y el deseo de no vivir.

Las palabras rodando en el tiempo. Como una hoja arrastrada por la corriente del río que luego de atravesar un remolino reposa, se estanca y se convierte en otra hoja, en otra palabra, en otro sentido.
Ella ya no es la misma, ni sus sentidos son los mismos. Ha encausado el sentimiento en la razón y ha recuperado la voluntad.
Haciéndose cargo de su deseo que parece hace tiempo estaba mareado. Vivir.

sábado, 25 de julio de 2009

El verdugo




El taller ya había comenzado como todos los sábados. Los chicos corrían, saltaban, reian mientras construíamos juntos ese espacio lúdico y amable.
Yo me encontraba en el piso al cuidado del próximo cuerpo que me tocaría acompañar en su voltereta cuando María vino corriendo y se para en frente mío agitado. Cerró sus ojos, presionó su pecho abrazándoselo y me dijo:-Adivina de que lado tengo el corazón sin tocarme-.
Ahí caí en cuentas de todos los comportamientos físicos que había implementado para acompañar esa pregunta. Esa simple y profunda pregunta que significaba para ella empezar a reconocer los limites entre lo sensible y lo lógico.
Mientras yo seguía reflexionando ella permanecía ahí, con los ojitos cerrados apartando su pecho de mi oído para evitar que pudiera revelar de que lado se encontraba su corazón.
Finalmente deje que la lógica se apoderara de mi y le respondí:-Mmm..., del lado izquierdo Mary-.
Sus ojos se abrieron despavoridos e inciertas ante mi respuesta, lo que genero la siguiente pregunta: -Pero ¿como sabes?- y yo, pequeño ser diabólico, me convertí en la encarnación de la lógica mas ridícula que maneja desde hace tiempo este mundo y le respondí- y Mary, es que todos tenemos el corazón del mismo lado-
Se quedo pensativa tratando de procesar el aniquilamiento de su sensación novedosa que hacia unos días había descubierto su cuerpito al saber que tenia adentro suyo algo que latía constantemente haciendo “tamborcito”.
De todos modos no se dio por vencida, entonces roto su cuerpo de posición diciendo:- Y si me pongo así ¿de que lado esta? y yo volví a caer en la posesión y le conteste que seguía del mismo lugar.

Otra vez, una nueva experiencia me obligo a palpar el tiempo, la edad, la madurez que me sorprende día a día.
Ese maldito tiempo que hace que nos alejemos del mundo mágico y sensible para ser cada vez más esclavos de la lógica ordinaria que ordena todo en su lugar. Hasta a nosotros mismos diciéndonos como y cuando actuar.

martes, 26 de mayo de 2009

Un testigo silencioso

Ella es silenciosa, camina sin hacer ruido.Me cuesta encontrarme con sus ojos. Su mirada es huidiza, se escapa.
Llega temprano, aunque no tanto como lo acordado.
La recibe la cueva olorosa, llena de moscas que zumbas por doquier.
Allá, lejos, en la sierra quedo su familia y sus juegos acordes.
Ahora en el mar espera con paciencia que la vida la atropelle. Cuando eso suceda ya tendrá seis hijos y un marido que nunca sabrá si realmente eligió.
Lily y el pequeño monstruo hacen de ella el trapo mas cercano.
No se cual será su sueldo pero significativamente es miserable.
Ayer por la tarde mientras estaba fregando la descubrí cantando al son de la radio una cumbia de amor. Sus ojos se empequeñecieron y soñadora volaba lejos de esa asquerosa cocina. A lo mejor lograba reencontrarse con los juegos de su infancia. Con las corridas picaras que tenia con ni;os de su edad.
Ella se llama Raquel, es peruana y tiene 14 años.

Todos los veranos baja de la sierra en donde esta su hogar para trabajar en la costa. Para recoger las migajas que el turismo deshonesto le deja acaparar.
Perú también es silencioso. No deja oír ninguno de sus cajones que tan suaves y amables se suelen regalar al oído.

Como muchos otros, Raquel y Perú son testigos silenciosos de lo que el capitalismo despiadado arroja al mundo. Personas, países, circunstancias libradas al azar que luego de bagar logran arrinconarse en algún hueco hostil en donde pueden, aunque sea, resguardarse de la miseria mas profunda.
Mientras tanto, aquí en la costa todo parece acallado por el sonido del mar. Monstruoso. Gigante.
10/02-Huanchaco/Trujillo

lunes, 27 de abril de 2009



Su cuerpo acababa de estremecerse.
Un vaivén la recorría de punta a punta.
La respiración equilibraba su desorden.
El cuerpo tibio, pausado, aun olía a sexo. Sexo confuso de agua y reencuentro.
A donde vamos cuando nos desprendemos?
Sucumbir los segundos de estática e inundarlos de calma. Fuera de tiempo, de espacio, de forma.
Un aquí y ahora eterno, tibio, suave.
La pureza fruto de la experiencia que la revalsaba gota a gota, conformando las aureolas que dieron el eco del retumbe.
Sus pies permanecían húmedos. Los músculos relajados y tú allí. Caminando por la calle inundado de ruidos que te atormentaban, que te impedían ver el propio y verdadero ser.
El tumulto te ensordecía confundiéndote.
El bullicio te enceguecía y te era difícil alcanzar la estática, el encuentro con el fondo. Lo profundo de nosotros perdido en el mosaico de los otros.

Rompecabezas eterno que cada vez que cree que logra armar la figura esperada, se desvanece con la brisa que entra por la ventana.
Todo vuelve a ser un sinfín de posibilidades. Un todo sin sentido. Un montón de nada a la espera de la melodía que alguien compondrá.
Ese es el momento que mas le gusta. Cuando todo vuelve a comenzar.