lunes, 22 de septiembre de 2008

Que será?

Hasta la locura buscó refugio en las armas. Las armas como medio de poder. Botín de seguridad, justamente porque la vida parece ser algo que se puede perder en cualquier momento.
Caras a las que no alcanzan a distinguírsele los ojos. Cubiertas de hollín, basura, dolor, pobreza, en medio de la basura. Hurgando restos de lo que sobró en otra mesa, en otra orilla. Lejos, muy lejos de ellos. Muy lejos de nosotros.
Naturaleza del paisaje doloroso, que se desgarra todos los días, que duele por ese insensato sentimiento de culpa que se apodera de uno que puede tener el lujo de volcar en palabras aquellas experiencias que transita. Experiencias que para otros son realidades.
A lo mejor ahí radica el dolor del periodista. Una visita pasajera por la vidas ajenas. Recuerdos que se van acumulando oprimiéndonos el pecho.
Pero no todo es así, eso es lo que duele. La lucha es diaria, contra el miedo propio y el ajeno.
Construir de a pedazitos un mural representativo de un nosotros que no excluya más! Espero que el tiempo no nos lleve a caer en lo que otros aireadamente llaman utopía.
"Lo único que falta, armados, drogados con pasta base y jingando", así piensan muchos idiotas (persona muy poco inteligente e ignorante) a la hora de responder un pedido de solidaridad (palabra que seguramente tampoco conocen). No cabe otra calificación para alguien que piensa así... Sin palabras.
Sin embargo, a veces duele más que las imágenes de realidades pasajeras.

1 comentario:

Ailín Bullentini dijo...

Lindo, amiga... Doloroso por lo que suenta, pero preciosamente escrito...
¿Cuándo una cervecita bajo el cielo de noche?