domingo, 15 de junio de 2008

Jugar...

Disfrutar... Sólo ese instante...
Reencontrarse con la única preocupación con la que llegamos al mundo...
Volar..... Aunque sea un momento...
Reír... Aunque sea pasajero...
¿Qué sentido tiene la felicidad sin profundidad?
Preferir ser profundo ante cada situación... Abandonarnos en la inmensidad azarosa y dejarnos penetrar con violencia...
O ser feliz y complacivo ante cada fórmula de "felicidad" instaurada que se puede adquirir en cualquier vidriera o en cualquier papeleta...
La profundidad suena más atractiva, aunque pueda resultar dolorosa. Con frecuencia.
Pero...... ¿Que mejor sensación que la de tomar una bocanada de aire justo después de haber estado sumergido en el agua por mucho tiempo? No existe el placer sin el contraste. Como no existe el vértigo sin el deseo.
¿Qué mejor sensación que la de jugar como un niño, invadido por ese instante en el que el tiempo deja de cobrarnos la vida para darnos la oportunidad de disfrutarla?
La decisión es nuestra...
La alienación también...

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